Race o El Héroe de Berlín o también mal titulada en Netflix como “El triunfo del espíritu” (seguro este último el un título de la península), es una película del año 2016 que recrea la historia del atleta Jesse Owens y cómo gana cuatro medallas de oro olímpico en Berlín, justo en la época en la que Hitler domina Alemania y el racismo y la xenofobia están a flor de piel.
Son 134 minutos que, aunque por una parte recuerdan como otras películas la exclusión que los afroamericanos sufrían en América, destaca una figura tan admirada como la de este deportista y el carácter que tiene para enfrentarse a una sociedad que le niega el derecho a soñar, al tiempo que destaca figuras como la de luz Long, el reconocido corredor alemán que ablanda la visión (a veces casi cliché) de que todos los ciudadanos alemanes de la época profesaban las ideas del nazismo.
La película dirigida por Stephen Hopkins y protagonizada por Stephan James, nos entrega un relato emocionante, que nos genera sentimientos diversos: indignación, tristeza, alegría, rechazo, esperanza, todos en el mismo filme y todos a partir de un relato real que finaliza recordándonos que la gloria no es eterna y que el camino hacia la igualdad en Estados Unidos y en el mundo, aún le queda camino por recorrer.
Finalmente, la imagen de Owens con su esposa Shanice Banton intentando entrar al Waldorf Astoria a su propio homenaje, es una escena de sentimientos encontrados: entre indignante y digna. La sonrisa triunfante que se marca en el protagonista mientras ingresa por la cocina, cuando se encuentra a muchos afroamericanos que lo admiran y a quienes seguro ha impactado con sus logros, y cómo nos demuestra con su mirada y con su actitud valiente el orgullo de su raza, el mirar siempre hacia adelante, la gloria de su ser.
Por: Hope Fonts