Mujeres invisibles

Mujeres invisibles

A todas aquellas mujeres sin nombre que no solo han soportado, sino prevalecido. A las que han madrugado silenciosamente cada mañana a romper paradigmas, a dejar atrás los abusos de estereotipos y los atrevimientos de los antiestereotipos. A todas las mujeres que no abanderan causas, no gritan, ni reconocemos en la calle: gracias.

Por irradiarnos con su ejemplo, por esos pequeños triunfos que se llevan a la cama cada noche en el rincón de sus hogares. Allá donde pasito enseñan a sus hijos sobre el respeto y la equidad, el espacio en el que luchan por estudiar con pasión, el cuarto donde ha retumbado el eco de sus «no» a todo lo que las asfixia y les quita la paz.

Un reconocimiento al apoyo incondicional que dan a sus amigas sin juzgar ni rotular. Valerosas mujeres que se visten como quieren y les gusta cómo se ven en el espejo. Las valiosas mujeres que durante generaciones – incluso jugando el juego del machismo- han logrado convertir su hogar en un ejercicio de cooperación y amor.

Ustedes, que han tenido y mantienen como causa el amor propio – sin siquiera llamarlo así- nos irradian con ejemplo, nos brindan valor para escribir, para visibilizar para alzar la voz. Ustedes, invisibles desde sus quehaceres y sus sueños, nos legaron el respeto a los demás, el derecho a cambiar si lo vemos necesario, a atrevernos, a decidir.

Y aunque no hacen parte de colectivos ni asociaciones, ni mucho menos publican sus visiones del amor, la libertad o la equidad, lo cierto es que ustedes sin aspavientos, son las verdaderas heroínas inspiradoras de cada día.

Por: Hope Fonts

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