Un número: 122, un azul infinito, el despegue, miles de yo intentándolo: sonriendo, buscando, estropeándolo. Un remolino. Caen todos hacia arriba: las rosas, el balón, el beso escondido, el desencuentro, la frustración, los ojos, el río… todo va subiendo. Me dan su mano, pero yo sigo volando. Me libero, me defino, me encuentro, respiro. Pasan…