A todas aquellas mujeres sin nombre que no solo han soportado, sino prevalecido. A las que han madrugado silenciosamente cada mañana a romper paradigmas, a dejar atrás los abusos de estereotipos y los atrevimientos de los antiestereotipos. A todas las mujeres que no abanderan causas, no gritan, ni reconocemos en la calle: gracias.
Por irradiarnos con su ejemplo, por esos pequeños triunfos que se llevan a la cama cada noche en el rincón de sus hogares. Allá donde pasito enseñan a sus hijos sobre el respeto y la equidad, el espacio en el que luchan por estudiar con pasión, el cuarto donde ha retumbado el eco de sus «no» a todo lo que las asfixia y les quita la paz.
Un reconocimiento al apoyo incondicional que dan a sus amigas sin juzgar ni rotular. Valerosas mujeres que se visten como quieren y les gusta cómo se ven en el espejo. Las valiosas mujeres que durante generaciones – incluso jugando el juego del machismo- han logrado convertir su hogar en un ejercicio de cooperación y amor.
Ustedes, que han tenido y mantienen como causa el amor propio – sin siquiera llamarlo así- nos irradian con ejemplo, nos brindan valor para escribir, para visibilizar para alzar la voz. Ustedes, invisibles desde sus quehaceres y sus sueños, nos legaron el respeto a los demás, el derecho a cambiar si lo vemos necesario, a atrevernos, a decidir.
Y aunque no hacen parte de colectivos ni asociaciones, ni mucho menos publican sus visiones del amor, la libertad o la equidad, lo cierto es que ustedes sin aspavientos, son las verdaderas heroínas inspiradoras de cada día.
Por: Hope Fonts
Escritos del mismo autor: Mi signo del Sol, Viaje a la nada, Benjamín, Un café para el alma, Ella. Sala de espera,una reseña. Extraordinaria desnudez. A mis hermanos. Mi Ricardo Silva personal. Esperanza. El Secreto de las mujeres hogareñas. Internet, nuestra propia burbuja personal. Los tiempos de los chupamedias. El lenguaje no sexista, un manifiesto.