Una exploración escrita
El café servido el frío colándose por las rendijas la cama hecha un nudo la ropa en el piso la vida en calzones el estudio que reúne lo mejor de nosotros los muebles que escogimos un manifiesto en la entrada don Quijote y Sancho cabalgando la Luna cuadrúpeda, el amor en sus ojos, el sonido…
Una dedicatoria a Bogotá, la ciudad de muchos y de ninguno, que según este texto está construida a partir de retazos. Camino por el tiempo. Dejo atrás los sombreros de copa, el tranvía y el periódico bajo el brazo. Me queda el paraguas, la simetría entre chapuzones y soles. Alguna vez vi cachacos… Me quedó…
– ¿Qué esperas Esperanza? – No espero. – ¿Entonces? – Soy una buena estrella. – ¿Cómo lo sabes? – Brillo en medio de la oscuridad del universo. – ¿Y qué haces? – Abrazarte con una pizca de ilusión cuando ya no ves el camino. – ¿Dónde estás? – Dentro de ti. – ¿Por qué no…
Enamorarse de un cuerpo desnudo solo es extraordinario si se goza con la imperfección, la asimetría y la dejadez que deja ver durante el sueño. El cuerpo vale la pena cuando se desliza hasta la profundidad del ser y se convierte en la añoranza del calor y el deseo de la esencia. Fácil es enamorarse…
Ella va caminando, mira de reojo a la niña que la observa, se siente examinada. La niña la mira hasta perderla en el camino. Qué decepción. Nunca quiso verse así. Por: Hope Fonts ………………………………………………………………………. Escritos del mismo autor: Viaje a la nada, De que las hay, las hay, FARC sin la A, un nuevo paso,…
Un número: 122, un azul infinito, el despegue, miles de yo intentándolo: sonriendo, buscando, estropeándolo. Un remolino. Caen todos hacia arriba: las rosas, el balón, el beso escondido, el desencuentro, la frustración, los ojos, el río… todo va subiendo. Me dan su mano, pero yo sigo volando. Me libero, me defino, me encuentro, respiro. Pasan…