Una dedicatoria a Bogotá, la ciudad de muchos y de ninguno, que según este texto está construida a partir de retazos. Camino por el tiempo. Dejo atrás los sombreros de copa, el tranvía y el periódico bajo el brazo. Me queda el paraguas, la simetría entre chapuzones y soles. Alguna vez vi cachacos… Me quedó…