Sol de Plata

Hace frío, debajo de los acantilados, entre las olas, flotan lobos marinos y surfistas. La ciudad está callada y nostálgica, el cielo es blanco y el sol es un círculo de plata que se refunde tras las nubes.
Mar del Plata, y yo nunca imagine que estaría aquí… al final la vida se convierte en un juego turbio de idas y venidas, de esperanzas desesperadas… Un vagabundeo eterno, terno e infinito… más, qué hacer? Me pregunto esto mientras miro el cuadro perfecto que pinta el universo… al fondo el horizonte, algunos barcos en la distancia… las nubes blancas y cargadas y el mar oscuro que viene una y otra vez a batir la playa con sus olas y sus espumas… Hay pocas personas en las calles que huyen de mi mirada como animales asustados… la ciudad es solitaria en el otoño y el otoño es un travieso invierno que aún no ha llegado.

Yo vivo en un hotel, bueno, cuando puedo… yo vivo… y cuando puedo –en verdad- yo vivo en un hotel en la calle Tucuman… es un buen hotel, es limpio y barato… y hay días en los que se puede vivir… yo vine aquí persiguiendo un sueño… -ay Dios mío, mi pedacito de corazón- este sueño no se deja alcanzar… al final en verdad es una excusa… Lo sé porque diariamente me pregunto lo mismo una y otra vez… tan repetitivo pero incansable como las olas y la espuma que baten la playa y los acantilados… cada día la misma pregunta y el mismo ruego… : o que vou fazer o meu deus? Y a veces lloro un poquito y me siento mal… me siento un vagabundo del Karma… pero en realidad el karma no es algo malo y yo simplemente soy un vagabundo en Mar del Plata… persiguiendo un sueño que es apenas una excusa para seguir viviendo… porque en verdad que hay días en los que se puede vivir.

Algunas veces, cuando tengo tiempo libre para pensar… me refundo entre mis ideas, me doy un mergulo en mis pensamientos, me pienso a mí… y me pregunto por qué estoy aquí. Tengo a veces la respuesta equivoca de que es mi voluntad… pero en verdad siento que todo es apenas el vacilante movimiento del universo… -como las olas…- al fin y al cabo todo pasa tan rápidamente que no me da tiempo para escoger qué es lo que quiero y qué es lo que tengo…. Es como cuando entro a una panadería:
-Buenos días… cuánto valen las tortas fritas?
– Cinco pesos…
-Me da una torta frita y una factura de dulce de leche… y (sin timidez, mirando a los ojos y hablando en positivo) tiene algo que vaya a descartar para darme… –

Todo sucede a la velocidad del universo, vamos… apenas da tiempo para pensar que algo es verdad… cómo saber que es real? Ai, meu deus do ceu todo sigue girando… yo vi en un filme que el universo no tiene centro ni bordes… a mí me gusta mirar el cielo, porque me recuerda que estoy viajando… pero no viajando en este planeta… no esté viaje vagabundo que me lleva rumbo al sur… No, no por favor… yo hablo del viaje intergaláctico de este universo… y allá afuera está todo ese vacío y esa oscuridad y esas estrellas y mundos espalados por la vastedad de Deus… y yo consigo vivir un día más, que es un día menos… que en teoría no es más que una vuelta más de esta madre piedra voladora en derredor de la estrella incendiada llamada Sol… y no tengo ganas de morirme, aunque me estoy muriendo segundo a segundo… Ai meu deus… pensar en esto me deja tan triste… Aquellas preguntas metafísicas que me hacen conocer y reconocer mi hambre natural… soy un hambriento insaciable y no hay nada en toda la vastedad de Deus que me contenga… me siento a mí mismo como Deus inabarcable, inacabable, efímero, perpetuo, inefable, tan vacío… tan lleno…

Me gusta caminar… ainda com chuva y aunque parezca dramático me gusta llorar, es de alguna manera la manera en que encauzo mi energía, y el llanto me relaja… es como un navío cuando encalla en las piedras y la marea lo libera lentamente… ha de ser que el cielo llora lluvia porque también precisa llorar, porque necesita relajarse… ha de ser que el cielo también sufre penas parecidas a las mías… Yo alguna vez mire el firmamento y me dije: ¿Esa estrella es mía?

Me voy caminando por el filo del mar, dónde llegan las espumas, aquí debajo de los acantilados, cerca de los lobos marinos y los surfistas que no se distinguen unos de otros… mirando el mar, recordando momentos de mi vida que pasaron y que yo recuerdo de recuerdos medio olvidados… Vine aquí buscando un barco, pero apenas intento conseguir empleo… En verdad no quiero hacer algo que no me gusta hacer… y menos por dinero… Ei, vielho… voce ja quantas coisas fiz que nao quería fazer? Me voy al foco, al faro, al semáforo… ah, ¿cuántas veces más la vida me regala esta bella sensación de estar vivo? Me duelen los hombros y los callos de los pies… unas lágrimas quieren escapar de mi ojos, hace frío y yo no me siento completamente bien, pero por un solo instante me siento completamente feliz… suben y bajan los malabares describiendo la historia de mi vida… idas y venidas… caídas, levantadas… Ah, mais isso nao é importante… al final tenemos la responsabilidad de vivir de la manera que consigamos hacerlo, nao é?

Quisiera tener una mujer, más que una mujer, quiero una madre… un lugar seguro… un útero quente e bomzinho… alguien que me abrace forte y me diga que me quiere y que todo va a estar bien…. Sí, que me diga que me quiere mucho y que el mundo no es feo como lo muestra la televisión y las personas odiosas… Que yo no soy feo como lo dice la televisión y las personas odiosas.

La mujer de la panadería me regala un montón de facturas… ojala la marihuana la pudiera conseguir del mesmo jeito… a mi no me da vergüenza pedir, menos vergüenza me da pedir ayuda… Y es que nosotros, los que viajamos en esta madre piedra voladora en derredor de la estrella incendiada llamada Sol… siempre precisamos de ayuda…

“Caralho, poxa… nao tem cachaça, nao tem maconha, nao tem porra nimgum nesta casa” Asi hablabla Raquel, la mujer de Pablo… esos son recuerdos de Brasil, quería volver atrás… a ese momento, volver a Vila Velha, encontrar los pae, Ze Luis y Marinete…. En la casa de ellos nunca me faltaba nada… en verdad en la casa de ellos nunca me faltaba amor… Porra, caralho… quisiera volver a Karol…. Ahora no consigo comprender porque me fui… pero me queda la certeza de saber que todo tiene un final… y me reconforta la idea de pensar que siempre hay un nuevo inicio.

Me gusta la física, para mi es la explicación de las leyes de la naturaleza… aunque la observación de estas leyes siempre me lleven a pensar en la metafísica… que para mí no son más que las leyes de Deus (quien a su vez, es el alma de la naturaleza) y Deus es incomprensible… por lo menos para mi- yo soy Deus… o por lo menos soy parte de él… él me lo confeso, me lo dijo con las gotas de la lluvia y me lo confirmo con las ráfagas de viento… ai meu deus pae…

Me observo a mí mismo sentado en la rambla, debajo del cielo, cerca del mar, me veo a mi mismo como a un niño desamparado, me acerco y me sonrío dulcemente –es una sonrisa de mi para mi- es la sonrisa de Deus para su hijo… me siento a mi lado y me hablo con compasión, me lleno de Deus al respirar el aire que no es más que una presencia evidente de que estoy vivo… me digo todo aquello que me he querido decir… todo aquello que no me han dicho… apenas es esta existencia mía… esta capacidad innata de percibir esta realidad… de mirar mis manos, mi cuerpo… oír mi voz y mi latido… todo este conocimiento cercano que me hace comprender que yo soy Deus porque yo estoy vivo… todo este vacilante movimiento universal que me ha llevado viajando por las entrañas de un universo infinito… Reconozco que no soy nadie, que no soy nada… reconozco a la vez que soy todo… que soy el universo entero.

Quién puede pensar esto si no soy yo… ah, nunca pensé que llegaría aquí… lo más hermoso de esto, es que no tiene final… ahora estoy de bruces por el suelo… me tomo una cerveza aunque me quede sin dinero… ahhh oh si, oh yea! No me importa nada más que comer y dormir… tengo un buen abrigo para el frio… ya nada me puede detener.

Es Mar del Plata, soy yo, y Deus, y el niño que soy yo… y yo mismo que soy Deus.

Gente, gente… el océano está enfrente… ya pasaron varios años… ya solo falta subir al barco apoyarse en el guardamancebo para no caer una vez más.

Vamos! Vamos lá!

Por: Byron Matallana
Mar Del Plata
13/05/17